miércoles, 2 de junio de 2010

Emiliano en la grada

Emiliano Rodríguez. 175 veces internacional con la Selección Española. 2 veces elegido mejor jugador de los Europeos de los años 63 y 69. Estaba en la grada viendo uno de los partidos de las semifinales ACB. Probablemente, quiero pensar que probablemente, el comentarista diría algo de su presencia. Que algún cámara le conociera y le enfocara en primer plano, quiero pensar que en uno de los momentos en que me levanté para ir a la cocina, para ir al baño, para lo que fuera, salió su cara y un rotulito mostrando su nombre y algo así como "Emiliano Rodríguez. 175 veces internacional". Son cosas que quiero pensar que han pasado, pero que dudo que hayan pasado.
Cuando empecé a ver basket y me enganché como tantos a la NBA de aquellos viernes de madrugada con un Ramón Trecet en sudadera mientras el partido empezaba, en los descansos, etc... nos ponía videos de momentos míticos de la NBA, de los enfrentamientos entre Chamberlain y Russell, de mi mitificado Pete Maravich, de Bob Cousy, nos enseñaba que el logo de la NBA es la silueta de Jerry West, y nos maravillábamos de ver esos pequeños videos de jugadores en blanco y negro haciendo diabluras con el balón. Leíamos anécdotas y nos contaban momentos mágicos vividos en la historia de este deporte, pero siempre siempre, al otro lado del charco.
Francamente me da mucha pena que las jóvenes generaciones de hoy día no hayan visto jugar a Epi, a Solozábal, la muñeca de Margall, las defensas de Lagarto De La Cruz frente a un interminable Tachenko, la sobriedad de Corbalán y el arrojo de Fernando Martín. Pero esa pena quedaría minimizada si de vez en cuando hubiera algún programa, un previo a un partido, un momento donde se contara con una buena puesta en escena ese producto tan fácil de vender y que nadie sabe hacerlo que ha sido la historia del baloncesto en España, y que aprendamos, todos, quien ha sido desde Pedro Ferrándiz hasta Buscató, desde Santillana hasta Ferrán Martínez, desde Andrés Jiménez hasta Carmelo Cabrera.
Cuando David Stern llegó a la NBA, ésta era un producto con una facturación ridícula comparada con la que tenía 10 años después de su mandato, y siempre tuvo claro que para vender el presente, había que saber vender el futuro y enseñar su pasado y así se crearía entre los aficionados una palabra que ayudaría a que el baloncesto se le metiera no solo en sus cabezas, sino también en sus corazones. Esa palabra es "Mitología".

1 comentario:

  1. Me alegro de que vuelvas a escribir. De momento no opinaré nada, me limito a leer y disfrutar de la experiencia (además voy con prisa, que los exámenes aprietan).
    Sigue dándolo todo. Siempre.

    #10

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