viernes, 25 de junio de 2010

49 - 79 - 1985

No, no es un prefijo telefónico como decía el gran Andrés Montes, no.
49, los puntos metidos por los Lakers en el primer tiempo del primer partido de las finales de la NBA celebrado en el (nos ponemos de pie) Boston Garden.
79, los puntos metidos por los Celtics en el mismo periodo, y no es un error tipográfico ni mecanográfico, no. 79 puntos!! En una primera parte de un partido que hasta ayer no había visto y que me ha impresionado como hacía mucho tiempo que algo de baloncesto, lo que fuera, no me impresionaba. Lo volveré a decir a ver si yo me lo acabo de creer, 79 puntos en una primera parte de un partido, que encima es el primer partido de las finales por el título...
1985, el año de aquellas series.
La cuestión es que estoy viendo estos partidos por varias razones, pero la principal es porque de aquellas finales no ví nada, ya que las primeras que pude ver fueron las celebradas en 1986 entre Celtics y Rockets y claro, en aquellas no jugó Magic. Lo que yo no esperaba es que vería una exhibición de juego como pocas que haya tenido la suerte de ver, y dado que yo he tenido el privilegio de ver a Magic en directo cualquier cosa siempre quedará empequeñecida por ese hecho.
Si el padrenuestro del baloncesto es Dennis Johnson, Danny Ainge, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish, está claro que el avemaría sería Magic Byron Worthy A.C.Green Jabbar (así, sin comas). Y es que tras ver ese partido puedo entenderlo, a pesar de que A.C.Green aún no estaba y en su lugar estaba Kurt Rambis. Comparar a los Celtics actuales con aquellos no es una cuestión de épocas, es una cuestión de haber visto jugar a unos y a otros. Dennis Johnson, elegido MVP de las finales del 79 con los Sonics, es el cerebro, el timón de una nave perfecta de jugar al baloncesto, un talento anotador y un liderazgo mas allá de unos números puestos al servicio de un equipo que solo quiere ganar. Danny Ainge es el perfecto escolta, gran defensor, descarado y atrevido y con una muñeca y una suspensión parándose en un tiempo que si no es tan perfecta como la de la RAy Allen -que no lo es- si que se un jugador bastante mas multidimensional que el escolta actual de los Celtics. Kevin McHale son los pies, pero también son los brazos, actualmente no hay jugadores de esa clase, de hecho lo mas parecido que tenemos en Europa técnicamente hablando es Lorbek, pero ni punto de comparación con McHale que desde su temprana infancia como hijo de un minero de Minnesota ya declaró que Dios le dió esos brazos para jugar al baloncesto... pero... Y esos pies?!?!?!?!?! Robert Parish es inteligencia en defensa, poderío en el rebote, una suspensión de brazos extendidos y parábola imposible al que una vez, solo una vez, yo le ví sonreír, menos mal que mi hermano también lo vió, si no fuera así, pensaría que fué imaginación mía.
Punto y aparte porque voy a decir dos cosas de Larry Bird, aunque podría decir tantas y tantas como para escribir un libro... pero no quiero meterme en mas berenjenales que bastante tengo ya. Existe el chascarrillo de que Larry Bird en realidad se llamaba Larry Smith pero alguien que le vió jugar dijo: "Menudo Pájaro", y en eso se quedó. En el muy recomendable blog de ITU, El Blog del Palomero, dice que si tuviera que jugarse su vida en un solo tiro libre, elegiría a Larry Bird, y sí, habrá habido jugadores con mejor porcentaje y records y todo eso, pero Larry es Larry. Larry Bird es el único jugador que yo he visto que puedo calificar de perfecto en todas sus facetas, sin defectos, MJ siempre tuvo el pequeño defecto de la elección en la selección de sus tiros, y Magic también tenía unos cuantos, pero Larry no. Larry Bird era los Celtics y los Celtics son Larry Bird, y si no lo has visto jugar, no has visto jugar al baloncesto, así de sencillo. La comparación con estos Celtics de ahora no se sostiene por mucho que el baloncesto haya podido cambiar, se haya vuelto mas físico, se haya mejorado (y mucho) en la defensa, y el campo ahora sea mas grande con la mayor amenaza que supone el que ahora sí que se tire de tres puntos, cuando hace 25 años era un recurso apenas usado.
Mientras estoy viendo el partido me llama mucho la atención varias cosas que cuando las veía no sabía apreciarlas, por ejemplo me llama mucho la atención que cuando desde una posición de alero abierto se pasa al poste bajo, el defensor del alero o base que da el pase, acude a ayudar al poste. Hoy día una acción así desembocará muchas veces en un tiro abierto y cómodo del bajito que ha dado el pase. También llama la atención que no hay "dos equipos", es decir que no juegan los titulares y antes de que acabe el primer cuarto ya se han sentado todos los jugadores titulares y el segundo cuarto casi siempre empieza con reservas versus reservas, sencillamente eran otros tiempos. El contacto se señala antes como falta y muchas cosas han cambiado, pero sin duda lo que mas me llama la atención es el enorme talento que ahora, por mas que busque, me cuesta tanto encontrar.
A lo largo de esa primera parte de partido el baloncesto que se realiza por parte de Boston roza la perfección, su sexto hombre, Scott Wedman, un veterano jugador blanco y lento anota una serie de 11 tiros sin fallo a lo largo del partido. Danny Ainge está imparable y mis pobres Lakers solo encuentran la réplica en las acciones de un Magic que se encuentra demasiado solo en una batalla que no puede ganar, por lo menos hoy.
Espero a lo largo del verano repasar la serie completa, además de ver unos cuantos partidos mas que tengo en la recámara, no olvido volver a ver los tres partidos del Barça contra el Tau, perdón el Caja Laboral, o Baskonia, así como seguir viendo algún partido de los Bulls del 97 para ver las leves modificaciones que al triángulo de Winter le fueron añadiendo poco a poco en estos años de los seis anillos de Jordan. Pero no sé si de las cosas que no haya visto, me sorprenderé otra vez como esa increíble primera parte que juegan los Celtics en 1985 con el resultado de 79 a 49... Es in-creíble.

PD. Phil Jackson ha ganado su decimoprimer anillo, el primero sin Tex Winter, no he oído casi en los medios ni de aquí ni de allí acordarse de Winter y francamente, me parece una falta de respeto. Yo sí me acordé de Winter porque pienso que él también ha tenido mucho que ver, espero no ser yo el único que lo piensa.

La serie completa la puedes descargar aquí

viernes, 18 de junio de 2010

Que nadie duerma! (2)

Kobe recibe el trofeo como campeón de la NBA, lo levanta, los compañeros jalean, y rápidamente se da la vuelta, llama a Pau, y le entrega el trofeo.
No tengo nada mas que decir... excepto PLAY!

miércoles, 16 de junio de 2010

Sexto Partido, pero del 88

Supongo que debería ser mas cuidadoso en según que cosas, supongo que si voy a hablar del sexto partido de las finales del 88, por lo menos, ¡qué menos!, debería buscar en internet la fecha de aquella noche exacta. Pero es que para eso ya están las hemerotecas y quien sea lo bastante friki para encontrar puede hacerlo.
El caso es que mi rutina en estas finales -y playoffs- de la NBA está siendo la siguiente: El día del partido me acuesto tranquilamente, luego me conecto a los foros de rojadirecta.org, le doy a bajar el partido, y cuando llego a casa sobre las 3 y algo, ya lo tengo descargado, hago la comida, sí, hago la comida yo que le estoy cogiendo el gusto a cocinar, y tras comer, veo el partido.
Pero hoy no, hoy las circunstancias eran distintas, mi hermano me dijo que se iba a quedar a ver el partido en directo y yo le dije que no apostaba un duro por mis lakers (no voy a aprender nunca a profetizar), así que me levantaría el día 16, me conectaría a internet y, si ganaban los celtics, apagaría el ordenador y seguiría con mi vida con mas tristeza, por lo menos esa mañana.. pero, pero pero, en el caso extraño de que ganaran los lakers entonces sí que me descargaría el partido, lo vería con la tranquilidad de saberme(nos) victorioso, y que entonces sí que me quedaría toda la noche en vela para ver el definitivo. Y por supuesto, en esa conversación con mi bro', salió a relucir el tema de las finales del 88.

Nota al margen: Creo que ésto se me va a alargar mas de lo que pensaba, si ya me dice Carlos Juárez que soy un pesado contando cosas, hoy le voy a dar la razón, como tantas veces.

Sigo. Último partido de la final del 87, los lakers ganan, Magic es el mejor jugador del mundo, los Lakers del 87 ganan a unos maravillosos pero demasiado veteranos Celtics, su juego deslumbra al mundo, saben que el año que viene contaran con el mismo equipo, piensan que nadie puede vencerles y en plena euforia, Pat Riley dice que el año que viene volverán a ganar, rompiendo la maldicion, The Jinx! que decía que ningún equipo de la NBA podía repetir campeonato desde la racha de los Celtics de los sesenta.
Pasa un año, los Lakers están contra las cuerdas, juegan en el viejo Forum de Inglewood contra unos Pistons durísimos, compactos, con un equipazo que asusta, fueron el primer equipo que ví que utilizaba perfectamente dos unidades, por un lado están Isiah Thomas, Joe Dumars, Adrian Dantley, Rick Mahorn, y Bill Laimbeer, su quintento de gala, y mas tarde entraban Vinnie Johnson (el microondas), Dennis Rodman, John Salley y James Edwards. En total eran 9 jugadores complementarios, especialistas cada uno de ellos en alguna faceta del juego que hacía que enfrentarse a tal equipo, que construía su juego en función de una defensa extraordinaria y un ataque con múltiples opciones, fuera una pesadilla para el resto de equipos.
Sin embargo, los Lakers van ganando cuando comienza el tercer cuarto. Hasta ahí yo pensaba que Isiah Thomas estaba jugando bien, pero no pensaba, ni en mi mas remoto sueño que iba a ver a alguien jugar así al baloncesto!!!!
Isiah Thomas, el pequeño base de Chicago, la ciudad del viento, de donde tradicionalmente salían los mejores penetradores a canasta, dado que en sus playgrounds el viento hace complicado el tiro de media distancia y los jugadores han de llegar bajo el aro para poder anotar.
El gran lider de los Bad Boys arranca el cuarto metiendo una canasta tras otra, la defensa de los Lakers se ve incapaz de frenar sus acometidas, dos o tres tiros de media distancia, una penetración, un par de tiros libres. Isiah Thomas no quiere llegar al séptimo partido, sabe que es ahora o nunca (es decir, al año siguiente), y se echa al equipo sobre sus pequeñas espaldas, Dantley recibe menos balones de espaldas para encarar a A.C. Green, el juego de los Pistons, normalmente mas pausado, se vuelve mas rápido conforme el demonio azul sobrevuela la madera amarilla del Forum, hasta que ocurre la desgracia...
En un contrataque, sin que él tenga apenas nada que ver en la jugada, su pie derecho (creo recordar) pisa el de Mychal Thompson y se dobla en un horrible ángulo de 90 grados hacia dentro. El esguince está servido, el miedo abre como platos los ojos de todo el banquillo de los Pistons, acuden corriendo hasta la canasta contraria donde un muy dolorido Thomas yace en el suleo retorciéndose de color. Cuando ponen la repetición varias veces a mí me duele verlo, no sé que hora es pero es tarde, estoy en mi casa viendo por primera vez en directo las finales de la NBA, algo impensable en España hacía un año. Y yo no quiero que se recupere, pero está jugando tan bien que casi me da pena, de hecho pienso algo así como que sí, que se recupere sin problemas, pero hoy no, que por lo menos pase una semana, sinceramente, me da miedo ver como juega.
Sin embargo las leyendas surgen por hechos extraordinarios y si se hubiera quedado en el banquillo, se hubiera puesto hielo y ya está, pues no se había escrito lo que se escribió aquella noche.
Tras el parón por la lesión y el consiguiente tiempo muerto, los Pistons vuelven a la carga, han conseguido que el partido se iguale, pero aún nada está ganado. En la grada surge un murmullo, el público del Forum ve como Thomas se dirige a la mesa a pedir el cambio, va cojeando, apenas puede andar, pero aún así se dispone a salir a jugar, Magic y Worthy miran y apenas se lo pueden creer. Isiah sale a jugar apoyando levemente su pie y aún así, mete unas canastas increíbles, dos canastas suyas imposibles le mandan al besar el parqué, porque sencillamente no puede caer sobre sus dos pies cuando baja de la suspensión ya que uno de ellos lo tiene inutilizados, en defensa sencillamente se arrastra pero en ataque muerde los dientes y sigue anontando sin que la defensa de los Lakers pueda parar a un cojo que tiene mas deseos de ganar que los 17.505 espectadores que creo recordar que tenía el Forum, contando a Jack Nicholson. Cuando termina el cuarto los Pistons se han puesto arriba en el marcador, Isiah Thomas ha metido 25 puntos en un cuarto, espera espera, lo diré otra vez ¡¡¡¡25 puntos en un cuarto!!!! Por supuesto es record absoluto en unas finales de la NBA, su exhibición pasa esa misma noche a todos los libros de historia.
Sin embargo, en el último cuarto a pesar de seguir cojeando cada vez mas conforme el último cuarto avanza, los Lakers consiguen sobreponerse y se alzan con la victoria. Isiah Thomas llora en el banquillo de impotencia, ha hecho el partido de su vida, y sin embargo no ha servido para ganar, seguramente no podrá jugar en el séptimo y definitivo, y como se verá dos noches después, los Lakers ganarán a los Pistons con un Worthy inmenso, 36 pts, 16 rebotes y 10 asistencias. Yo asisto impresionado a la exhibición de Worthy y de los Lakers, a la dirección de Magic, a la templanza de Jabbar, la defensa de A.C.Green, y los contrataques culminados por Byron. Mi alegría es tremenda, los Lakers rompen The Jinx, consiguen repetir anillo, no tengo ni sueño ya a pesar de la diferencia horaria y de mis tiernos 17 añitos.
Sin embargo cuando todo termina y a pesar de la exhibición tremenda de Worthy, aún me acuerdo del sexto partido de esa final del 88 donde un bajito jugador cojo ha hecho la mayor exhibición que he visto en unas finales, y que 22 años después, aún me impresiona al recordarla.

Para aquellos que tengan curiosidad, aquí está el partido.

miércoles, 2 de junio de 2010

Emiliano en la grada

Emiliano Rodríguez. 175 veces internacional con la Selección Española. 2 veces elegido mejor jugador de los Europeos de los años 63 y 69. Estaba en la grada viendo uno de los partidos de las semifinales ACB. Probablemente, quiero pensar que probablemente, el comentarista diría algo de su presencia. Que algún cámara le conociera y le enfocara en primer plano, quiero pensar que en uno de los momentos en que me levanté para ir a la cocina, para ir al baño, para lo que fuera, salió su cara y un rotulito mostrando su nombre y algo así como "Emiliano Rodríguez. 175 veces internacional". Son cosas que quiero pensar que han pasado, pero que dudo que hayan pasado.
Cuando empecé a ver basket y me enganché como tantos a la NBA de aquellos viernes de madrugada con un Ramón Trecet en sudadera mientras el partido empezaba, en los descansos, etc... nos ponía videos de momentos míticos de la NBA, de los enfrentamientos entre Chamberlain y Russell, de mi mitificado Pete Maravich, de Bob Cousy, nos enseñaba que el logo de la NBA es la silueta de Jerry West, y nos maravillábamos de ver esos pequeños videos de jugadores en blanco y negro haciendo diabluras con el balón. Leíamos anécdotas y nos contaban momentos mágicos vividos en la historia de este deporte, pero siempre siempre, al otro lado del charco.
Francamente me da mucha pena que las jóvenes generaciones de hoy día no hayan visto jugar a Epi, a Solozábal, la muñeca de Margall, las defensas de Lagarto De La Cruz frente a un interminable Tachenko, la sobriedad de Corbalán y el arrojo de Fernando Martín. Pero esa pena quedaría minimizada si de vez en cuando hubiera algún programa, un previo a un partido, un momento donde se contara con una buena puesta en escena ese producto tan fácil de vender y que nadie sabe hacerlo que ha sido la historia del baloncesto en España, y que aprendamos, todos, quien ha sido desde Pedro Ferrándiz hasta Buscató, desde Santillana hasta Ferrán Martínez, desde Andrés Jiménez hasta Carmelo Cabrera.
Cuando David Stern llegó a la NBA, ésta era un producto con una facturación ridícula comparada con la que tenía 10 años después de su mandato, y siempre tuvo claro que para vender el presente, había que saber vender el futuro y enseñar su pasado y así se crearía entre los aficionados una palabra que ayudaría a que el baloncesto se le metiera no solo en sus cabezas, sino también en sus corazones. Esa palabra es "Mitología".