lunes, 28 de octubre de 2013

Sigo conociendo a Tex

No recuerdo en qué momento se me ocurrió la idea de estudiar a Winter, pero sin duda, hacerlo fue un gran acierto.
Lo que sin duda recuerdo es que una pregunta se me iba forjando en mi cabeza desde que los Lakers tripitieron en el año 2002, una pregunta cuya respuesta ignoraba, y que hoy día aún sigue sin respuesta, la pregunta es:
Si un entrenador que ha ganado 9 de los últimos 12 campeonatos de la NBA haciendo un sistema determinado ¿Por qué no conozco apenas ningún caso de alguien que intente ejecutar dicho sistema?
La respuesta, tras 10 años, aún no se ha presentado, el sistema, afortunadamente para mí, si lo ha hecho.
Cuando los Bulls de su alteza aérea empezaron a ganar campeonatos, se oía decir a Ramón Trecet al principio, y luego a Daimiel que usaban el sistema del ataque del triángulo de Tex Winter. Una noche viendo un partido oí a Ramón Trecet señalar a Tex, éste era un señor mayor canoso, con apariencia de estar sentado en esos porches sureños en actitud contemplativa mientras saborea un whisky de cosecha propia destilado en su granero.
Cuando empecé a investigar el famoso triángulo descubrí varias cosas, pero la que mas me sorprendió es la ausencia de información al respecto en Español, afortunadamente el Inglés no me supone mayor problema y encontre que había tratados excelentes acerca de dicho sistema, cuyo nombre en realidad era “the Triple Post Offense” con la apostilla de “Sideline Triangle”.
La información que iba leyendo estaba desordenada, confusa, a veces era demasiado escueta, mientras que otras, sin embargo, era de una extensión tal que mareaba la sola idea de pensar en desgranar aquella inmensa cantidad de datos.
Mezclando tiempo, paciencia, dosis de Google, tacitas de youtube, pdfs varios, foros estadounidenses muy interesantes y hasta el libro publicado por el propio Winter en 1962, llegué a tener una amplio material con el que poco a poco, semana a semana fui entreviendo los entresijos del triángulo, los 7 principios del ataque de Winter, donde estaban las claves, donde los peligros, donde los errores. No fue un proceso rápido ni tenía prisa, al fin y al cabo era algo que hacía llevado por la curiosidad y el gusto por saber.
Como muchas otras veces, es en el camino mas que en la meta donde se disfruta del viaje, y en el camino tropecé con cientos de ideas, sistemas, ideas que habían sido llevadas a cabo por muchos entrenadores a lo largo y ancho del tiempo. Tuve la suerte de dar con increíbles ideas, con entrenadores, con el Princeton Motion Offense, con el Ucla High Post Offense, y por tantas cosas nuevas para mí que hicieron que cada vez que abría una puerta para acceder a un conocimiento, se me abrieran otras dos que, en un ciclo sin fin que hoy día sigue produciéndose, haga que me pregunte mas y mas cosas cada día.
Hoy día, como aficionado al sistema de Tex, cuyos principios intento enseñar en la medida de mis posibilidades, me siento orgulloso cuando veo a un jugador mío, hacer un corte hacia el lado contrario del balón, abrir el campo generando problemas para la defensa y posibilitando que reciba para una acción con ventaja que acabe siendo canasta. Ese jugador no se habrá movido hacia allí porque se lo haya dicho yo como entrenador suyo, ese jugador se habrá movido porque habrá leído la defensa, reaccionado en consecuencia, y encontrado su sitio en ese engranaje que hace que todo cobre sentido.
Así que tras años de estudiar el sistema y aplicar levemente alguno de sus principios consigo algo que como entrenador me llena, mas que ganar, mas que la meta, mas que el propio viaje, y es ver como un jugador, tenga la edad que tenga, sepa lo que sepa, posea el nivel que posea, hace algo a veces tan complicado como es aprender, y eso… eso para mí ya es mucho. Gracias Tex!